Todo empezó como una idea: y si juntamos la tecnología con los materiales nobles, esos dos mundos que normalmente no se hablan?
Esto es lo que plantearon Julien Salanave, un profesional formado en el HEC de Paris y previamente consultor en vigilancia tecnológica, y Franck Fontana, diseñador industrial de larga experiencia y apasionado por la transformación de los materiales y sus métodos de fabricación. Juntos fundaron Orée Design.
A Franck lo conocimos en el pasado London Design Festival, y ya que está afincado en Barcelona, decidimos tomarnos un café y que nos explicara su historia.
Todo empezó colaborando con un artesano de la madera y la generación de una serie de prototipos. Fue durante este proceso de seis meses, que se empezó a gestar la idea de crear una marca. Querían concebir, diseñar, y fabricar productos lejos de los códigos actuales de la tecnología que utilizan plástico, aluminio y formas duras, y llegar a crear productos que no sólo estuvieran enfocados en la función, si no que se tejiera una historia entre el objeto y la persona, crear emociones con los aparatos tecnológicos. Ellos se describen como ‘artisans of emotional technology’.
Elegancia y Misterio
Desde septiembre de 2012, sus productos se venden con éxito por todo el mundo, especialmente en USA, Francia, Australia y Japón. Determinados a aplicar su ‘french-touch’ en todo lo referente a la empresa, sus productos son especialmente valorados por gente que cuida su entorno visual, sea en el trabajo o en el despacho. Generar misterio y sorpresa a través de sus productos es también otra de sus ambiciones, de hecho lo primero que pregunta la gente cuando ve los teclados o los touchpads es ‘funciona?’. Y sí, por supuesto, funcionan.
‘Technocraftmanship’
Las nuevas tecnologías de fabricación son las que también han permitido que Orée Design exista. Las tecnologías CNC y de grabado al láser sobre madera e incluso mármol, permiten crear piezas singulares. La fabricación se hace en un taller del sur de Francia, en la región del Languedoc-Roussillon, más concretamente en Castelnaudary. Allí manufacturan las carcasas e integran componentes electrónicos. Hasta ahora contaban con un proveedor de electrónica y ahora ya se están aventurando a diseñar y fabricar sus circuitos a medida, en su exigencia de ofrecer la mejor calidad. El taller hace a las veces de cuartel general, donde se reúnen los integrantes periódicamente. Internet también les ofrece la libertad de trabajar de forma deslocalizada.
Calidad y durabilidad
Para manufacturar sus productos utilizan madera de origen francés, mármol y piel. La calidad del material es muy importante, así como la exigencia en su fabricación, siendo Hermès uno de sus referentes en cuanto a esta exigencia en calidad y artesanía. Esta exigencia les lleva a trabajar con los mejores artesanos, y a colaborar con empresas que cumplan sus exigencias de fabricación como son la sostenibilidad del proceso y la durabilidad del producto. Estos materiales envejecen bien, no pasan de moda, y se aúnan a la idea de diseñar desde la esencialidad y la universalidad.
Tactilidad
Teclear o pasar los dedos por alguno de sus teclados en arce, nogal o cerezo se convierte en una experiencia táctil. La madera se siente, se toca, se huele. La piel es un soporte suave, flexible, con una ‘materialidad’ poco asociada a la tecnología, y el mármol, en blanco o rojo, da esa sensación de atemporalidad.
Mercado
La estrategia de mercado de Orée Design se centra sobretodo en dar un buen servicio a través de la venta on-line y en seleccionar distribuidores exclusivos. A través de la plataforma on-line se puede customizar el producto, con opciones tanto del material como de la tipografía de los teclados. Ya llevan varias ediciones de talleres efímeros, desde Japón a Paris, y en este próximo London Design Festival los veremos en el espacio ‘Designjunction’.
En Barcelona los podéis encontrar en la tienda ‘Otras cosas’, en la calle Séneca.
Orée Design está creando un nuevo lenguaje en tecnología, agitadores de un nuevo movimiento que arriesga y se atreve a llevar sus ideas a la realidad, con una ética propia y apostando por lo pequeño y bien hecho.
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